lunes, 28 de julio de 2008

Técnica fotográfica, medios de trabajo y ¿Grafismo?

Una constante sobre que es en si la fotografía como arte, así como qué se puede considerar como fotografía pura y por lo cual sería tan sólo un mero trabajo de Arte Gráfica o Grafismo, está a la orden del día.

Desde los tiempos en los que tan sólo siendo un niño tuve que trabajar en el laboratorio de mi padre; los reveladores, fijadores, baños de paro, etc., había que hacerlos de forma artesanal, pesando cada gramo de producto químico y calentando el agua para disolverlos, y cómo no, hablamos de blanco y negro, el color por estas latitudes aun estaba por llegar. Junto con estos procesos y desde que la fotografía inició sus andaduras siempre se le aplicaron mascaras, tratamientos químicos, filtros y un sinfín de aplicaciones para conseguir efectos que resaltaran, embellecieran o crearan imágenes que transmitieran ese sentir que el fotógrafo esperaba. Amén de los muchos recortes y ajustes de imagen que se hacían con la ampliadora y sus marginadores.

Muchos de los fotógrafos que siempre se consideraron puristas y que consideran que la fotografía no es más que aquello que se consigue tras el clic de la cámara, al pasar del sistema analógico al digital, entienden que al poder tratar las imágenes de forma artesanal con medios informáticos; aquí pierden su condición de fotografía para pasar a ser un Arte Gráfica.

Por extraño que pueda parecer estoy de acuerdo con ellos, pero con matices; digo matices porque los hay, me explico: Si tratamos fotografías de naturaleza donde el punto real y explicito está en trasladar al espectador la pureza, belleza y realismo de la fauna, flora o paisajismo de nuestro entorno; es evidente que aquí cualquier manipulación o alteración de la imagen más allá del mero retoque para ajustar el revelado necesario para la obtención de la misma, pues como que no se corresponde. Ahora bien, si la fotografía que pretendemos independientemente de ese documento gráfico tan natural y real, también quiere dejar una nota de expresión gráfica, obteniendo un resultado un poco mas trabajado al conseguir un punto de distinción sobre esa toma, que al realzarle algún tono, difuminado, colorido, etc., llega a impactar, pues entiendo perfectamente que sigue siendo una fotografía y nada más.

Basta recodar los primeros trabajos de la fotografía, cuando por medio de virados, exposiciones forzadas en la ampliadora, tapados para enmascarar, tramas y un sinfín de trucos empleados por los profesionales y los aficionados, se pretendía crear esa imagen especial e impactante que transmitiera lo que el fotógrafo sentía.

Hoy en día con los medios de trabajo de los que disponemos ha cambiado el panorama creativo de una forma espectacular; de hecho los antiguos filtros que se utilizaban para fotografía han quedado obsoletos. Puede decirse que los únicos filtros que junto con los ultra violetas se siguen utilizando son los Polarizadores ya que la corrección de reflejos y compensación de tonalidades producidas por la refracción de luz, sí hay que corregirlas directamente en la toma de imagen. Tengamos en cuenta que incluso los fabricantes de cámaras nos están “vendiendo la moto” cada vez que les incorporan a las cámaras la opción de realizar la toma en blanco y negro, en sepia, y en qué sé yo cuantas formas más; sabiendo perfectamente que lo normal y lógico es aprovechar esos medios técnicos de los que hoy en día puede disponer hasta el más común de los mortales y por medio de software, hacer todas esas funciones que antes había que hacer forzosamente a través de filtros y otras manipulaciones.

Por tanto, como decía, lo normal sería tomar la imagen en su máxima calidad posible, con sus detalles y motivos sin alterar, para si en un momento dado se necesita esa imagen tal cual aprovecharla. Una vez obtenida la imagen, al revelarla o procesarla, como mejor nos guste llamarle al trabajo de acabado; aplicaremos cuantos filtros, desaturados, desenfoques y cuantas ideas se nos venga a la cabeza para crear esa imagen distinta, y lo más importante, sabiendo que el negativo digital, el original de nuestra foto siempre estará ahí.

Claro está que de esto a utilizar una fotografía como base para después terminar en un trabajo publicitario, por poner un ejemplo; y que el resultado final sea algo lo más parecido a un dibujo o creación de imagen totalmente manipulada y trastocada tanto en su contenido como en sus tonos y colores hasta conseguir ese resultado que vaya a crear esa publicidad o presentación de algo, evidentemente entiendo que no se pueda considerar como fotografía en su más pura expresión. El resto de manipulaciones y arreglos de “LABORATORIO”, como en mis tiempos siempre se hicieron y como una inmensa mayoría de personas que se dedican a estos menesteres siguen haciendo, tan sólo con la salvedad de disponer de unos medios muy sofisticados y precisos, me parecen totalmente correctos y lícitos. Otra cosa bien distinta es la terminación de ese trabajo tras la manipulación, ya que puede ser acertada o desafortunada; esto queda en manos del “artista”.

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