En relación con el anterior artículo publicado con fecha 15 de febrero sobre la manipulación de las imágenes, aquí dejo un ejemplo de lo que se suele hacer en casos concretos que requieren este tipo de trabajos.
Por lo general como ya comenté en su momento, son formas de manipular las imágenes sólo para esos fines, ya sean de algún evento que lo requiera, como para alguna ilustración, si bien hay muchos fotógrafos que suelen emplear estos medios simplemente para dar un toque artístico a su trabajo; algo que comparto.
En reiteradas ocasiones me expresé en el sentido de que siendo bueno el tratar las fotos de forma natural, tan sólo con su procesado para dejar patente su calidad fotográfica pura y dura, o sea la captura tal cual, no por eso como también reiteré, cada trabajo, cada caso requiere un toque de acabado y de procesado, que al final dejará una fotografía más o menos acertada, con una estética y una expresión que como siempre suele ocurrir, tendrá sus admiradores y sus detractores, ya que no todos tenemos el mismo punto de vista sobre algo y mucho menos cuando se trata de expresiones gráficas.
Durante los muchos años que dediqué a la fotografía de reportaje, las limitaciones y los medios eran la tónica general, sobre todo entendiendo que el publico de aquella época y del entorno en el que yo me movía, era de una economía muy limitada y como les ocurría a la mayoría de mis compañeros de profesión, el asunto estaba en hacer la clásica foto de Boda, Bautizo o Comunión muy estereotipada con una repetitiva norma de trabajo y cómo no, era lo que se demandaba, cualquiera “se salía del tiesto”.
Ahora con tanta difusión de la imagen, con tantos medios al alcance de todos, un recorrer en el tiempo más formativo y con unas perspectivas y visión de la estética y las formas distintas, la gente se adapta a casi todo, se ve con otros ojos el que se manipulen las imágenes para darles un contraste distinto y se permite casi todo.
Dejo estas muestras a título meramente ilustrativo, si bien son una manipulación, sencilla, un tanto normales para adaptarlas al tipo de trabajo y siguiendo también la línea de gustos del receptor final. Como siempre, dicho esto, queda a juicio del espectador y cada uno valorará lo que ve según su propio criterio, que sólo será coincidente con otros de su misma opinión.
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