domingo, 2 de marzo de 2008

LA ERA DIGITAL EN LA FOTOGRAFÍA

En los últimos tiempos el avance cultural, sociológico, industrial y en diversos ámbitos de nuestra vida, ha sido espectacular y concretamente el avance en los medios de comunicación ha tenido y está teniendo una repercusión tal, que en más de una ocasión nos hace plantearnos si realmente tenemos capacidad suficiente como para afrontar con la necesaria celeridad los retos a los que estos cambios nos enfrentan.

Uno de los campos afectados y muy directamente, es el audiovisual, y en el caso al que aquí se hace alusión no es otro que el de la fotografía. En un período de tiempo relativamente corto, se podría hablar de unos 60 años; los medios materiales y técnicos eran tan limitados, sobre todo a nivel de usuario, claro…, por decirlo de una forma simple, se podía disponer de una cámara de fotos si el poder adquisitivo era importante y sobre todo si se vivía en un país rico. Y esto, no hace tantos años que cambió, ya que no era tan normal ver al ciudadano de a pie con su cámara en mano por cualquier sitio.

Desde el cambio de la era analógica a la digital, en apenas 10 años de lo que podía entenderse como verdadera evolución y desarrollo de los sistemas digitales tanto para cine como para fotografía, los avances tecnológicos, la masiva comercialización y la competencia hacen que de alguna forma pueda llegar hasta casi todos los bolsillos la posibilidad de tener una cámara digital, hecho éste, que es sin duda algo importante e interesante, ya que facilita las posibilidades a un gran número de individuos crear, por tanto nos encontramos ante un inmenso mosaico de posibles creadores de un arte indudable. Ya se planteaba Picasso en su momento al conocer la fotografía, el “colgar los pinceles”, algo que afortunadamente no ocurrió.

Mucho se ha discutido sobre la conveniencia o no del formato digital frente al analógico, de la magnífica calidad del analógico respecto del digital, etc., etc., pero hay algo indiscutible y que por más que nos cueste asumir es que la tecnología avanza, y avanza inexorablemente hacia metas aún por descubrir. Hay un punto en todo este entramado que es doloroso, injusto y reprochable, no es otro que el desmesurado afán de las compañías por ganar y ganar, cada vez más dinero, esto hace que en vez de adaptar unas buenas y reconocidas últimas construcciones de cámaras para el formato digital, pues simplemente se queden en un limbo absoluto y sean “tragadas” por las nuevas fabricaciones totalmente digitalizadas.

Muy a pesar nuestro, hay lo que hay, y además no tenemos más remedio que aceptarlo y no sólo aceptarlo sino que alegrarnos de que al menos los avances nos beneficiarán, y de que forma… No hace tanto que dependíamos de los laboratorios fotográficos para casi todo, mayormente de los revelados de negativos y de papel que según quien te hiciese el trabajo, obtendrías una u otra calidad final, esto sumado a los tiempos de procesado podía convertirse un auténtico problema.

Hoy en día nos convertimos en ejecutores directos de nuestro trabajo, obtenemos un incentivo adicional al ahorrarnos el coste de los soportes, “carretes de negativos”, con una tarjeta digital almacenamos, grabamos y re-grabamos nuestros trabajos, con un PC realizamos nuestros procesados, revelando, y como no, distribución vía Internet o soportes de almacenamiento, ajustando y consiguiendo un trabajo final que siempre dependerá de los conocimientos y la destreza que cada uno tenga.

En definitiva, el reto está en que debemos aprender rápido, adaptarnos a los medios, ser capaces de afrontar los nuevos retos y a partir de aquí el arte, el buen trabajo y la delicadeza y capacidad de creación, dependerá de cada uno y será lo que marque las diferencias.

Bienvenidos a la era digital.

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